Completada hacia el final del dominio musulmán en España por Yusuf I (1333–1353) y Muhammed V, sultán de Granada (1353–1391), la Alhambra es un reflejo de la cultura de los últimos siglos del dominio moro de Al Ándalus, reducido al Emirato Nazarí de Granada. Es un lugar donde artistas e intelectuales se habían refugiado mientras la Reconquista por parte de los cristianos españoles lograba victorias sobre Al Ándalus. La Alhambra integra cualidades del entorno natural con estructuras construidas y jardines, y es un testimonio de la cultura musulmana en España y de las habilidades de artesanos, judíos y cristianos de su época.
La traducción literal de Alhambra, “fortaleza roja”, refleja el color de la arcilla roja de los alrededores de la cual está hecha la fortaleza. Los edificios de la Alhambra fueron originalmente encalados de blanco; sin embargo, los edificios que se ven hoy son de un tono rojizo.
La primera referencia al Qal‘at al-?amra fue durante las batallas entre los árabes y los muladíes (personas de ascendencia mixta árabe y europea) durante el dominio de ‘Abdullah ibn Muhammad. En una escaramuza particularmente feroz y sangrienta, los muladíes derrotaron contundentemente a los árabes, quienes se vieron obligados a refugiarse en un primitivo castillo rojo ubicado en la provincia de Elvira, actualmente situada en Granada. Según documentos sobrevivientes de la época, el castillo rojo era bastante pequeño y sus muros no eran capaces de disuadir a un ejército decidido a conquistar. El castillo fue en gran medida ignorado hasta el siglo XI, cuando sus ruinas fueron renovadas y reconstruidas por Samuel ibn Naghrela, visir del emir Badis de la dinastía zirí de Al Ándalus, en un intento de preservar el pequeño asentamiento judío también ubicado en la colina de Sabikah. Sin embargo, evidencia de textos árabes indica que la fortaleza era fácilmente penetrable y que la actual Alhambra que sobrevive hoy fue construida durante la dinastía nazarí.
Ibn Nasr, el fundador de la dinastía nazarí, se vio obligado a huir a Jaén para evitar la persecución del rey Fernando III de Castilla y de los partidarios de la Reconquista que buscaban poner fin al dominio musulmán en España. Después de retirarse a Granada, Ibn Nasr se estableció en el Palacio de Badis en la Alhambra. Unos meses después, emprendió la construcción de una nueva Alhambra adecuada para la residencia de un sultán. Según un manuscrito árabe publicado desde entonces como el Anónimo de Granada.