El Albayzín (o Albaicín) es un barrio de origen andalusí, muy visitado por turistas que acuden a la ciudad debido a sus asociaciones históricas, su arquitectura y su paisaje.
Los hallazgos arqueológicos en la zona muestran que ha estado habitada desde tiempos antiguos. Se volvió más relevante con la llegada de la dinastía zirí, en 1013, cuando fue rodeada por muros defensivos. Es uno de los antiguos centros de Granada, al igual que la Alhambra, el Realejo y el Arrabal de Bib-Rambla, en la parte plana de la ciudad. Su extensión actual va desde las murallas de la Alcazaba hasta el cerro de San Miguel y, por otro lado, desde la Puerta de Guadix hasta la Alcazaba.
Este barrio tuvo su mayor desarrollo en la época nazarí, por lo que mantiene en gran medida el tejido urbano de este periodo, con calles estrechas dispuestas en una intrincada red que se extiende desde la zona alta, llamada San Nicolás, hasta el río Darro y la Calle Elvira, situada en Plaza Nueva. El tipo de vivienda tradicional es el Carmen granadino, que consiste en una casa libre rodeada por un alto muro que la separa de la calle e incluye un pequeño huerto o jardín.
En la era musulmana, el Albaicín se caracterizó por ser el lugar de muchas revueltas contra el califato. En ese momento, fue residencia de artesanos, industriales y aristócratas. Con la reconquista cristiana, progresivamente perdería su esplendor. Los cristianos construyeron iglesias y establecieron allí la Real Chancillería. Durante el reinado de Felipe II de España, tras la rebelión y la posterior expulsión de los moriscos, el distrito se despobló. En 1994 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Entre su riqueza arquitectónica se encuentran las murallas ziríes de la Alcazaba Cadima, las murallas nazaríes, las torres de la Alcazaba, las iglesias de El Salvador (antigua mezquita principal), San Cristóbal, San Miguel Alto y la Real Chancillería.